lunes, 22 de septiembre de 2008

a 2 horas de aquí

Resulta que me fui de viaje de fin de semana. Qué divertida me he puesto. Empezando porque el día que lo tenía planeado nomás al cielo se le ocurrió casi-caerse-a-pedazos y no me pude ir desde el viernes, así que me fui hasta el sábado. 2 horitas y ya estaba allá con mi comadre la entierra-muertos. No, no es albur. A eso se dedica: a la enterradera de personas, ataudes, autopsias y embalsamadera de muertitos. Chistosa su profesión, ya que en realidad estudió pa dedicarse a las computadoras pero ya ven como es la vida y por herencia familiar derivó en administrar funerarias y esas cosas ténebres (si, entre fúnebre y tenebroso)... Bueno, pos llegué a su casa y con su familia y qué bonito es cuando la gente te recibe con los brazos abiertos. Cuando yo sea grande trataré de ser así.

Entre comilonas de camarones, pescado y arrachera y tragos de tequila se nos fue el primer día, terminamos bailando en un antrito del lugar y desveladas hasta que no pudimos más. Al día siguiente, un lindo arroyo nos recibió pa darnos un buen remojón entre piedrotas, corrientes jaladoras (no, no eran mujeres fáciles), y lo mejoooor... el regreso...

Nos trepamos a la camioneta del papá de mi amiga, al cual me dirigiré en adelante como don José. Apenas empezaba la mentada aventura jajajaj... Era una pick up destapada, así que nos tocó treparnos a la caja. Todo era muy hermoso, los cerros verdes, la carretera como de película, la muchachada feliz y con el traje de baño húmedo. Apenas nos agarraba el sueñito arrullador de las curvas, cuando a lo lejos comenzaron a aparecer los relámpagos, las nubes negras y los ruidos correspondientes a una próxima y cercana tormenta. -Aaaaay don José- gritaba mi otra comadre (ésta sí se dedicó a las computadoras y no a los muertitos) entre que el señor le pisaba al acelerador y rebasaba 5 carros de un jalón, empezaba la endemoniada lluvia y nosotros ya con frío y botados de la risa. La tormenta no bromeaba y se dejó venir con singular esfuerzo por dejarnos como sopa y temblando. Ya de plano, lo mejor fue dejar de sufrir y disfrutar la empapada, el aire helado y la empapada plus de los carros que nos bañaban con agua cochina de las calles.

Todo terminó con la paz y la hermosura de un buen baño con agua caliente, sólo que no sin antes vivir La Escena Quita-aliento... Comadre a carcajada limpia / Luz roja en el semáforo / Ex novio en la merita esquina / Nueva novia de él con flor en la mano / Comadre sin sonrisa y ojo remy/ Silencio total entre los presentes... y yo me pregunto...

No es extraña y bromista esta puta vida????

No hay comentarios: